Mucho antes de la Ruta del Grial, los templarios cruzaban estas tierras con una misión sagrada: proteger la copa del Grial.
Uno de ellos rompió el juramento… y desató una maldición que aún hoy se siente entre Cirat y Montán.
Dicen que un alma en pena deambula por barrancos y senderos, buscando lo que le arrebataron siglos atrás.
¿Te atreves a seguir sus huellas?
Sumérgete en una experiencia única de historia, misterio y sabor.
Explora los paisajes, descubre los secretos… y si lo deseas, vive la aventura ataviado como en la época.
Porque hay historias que solo se entienden cuando se caminan.